ensayo
Guillermo Carnero ha escrito que este grupo de poetas cordobeses, y en especial Pablo García Baena, fue decisivo en la gestación de su propia poética, junto a Góngora, Rubén Darío, Cernuda, Cavafis, los poetas parnasianos y simbolistas franceses y los ingleses de la segunda mitad del XIX; y que el magisterio de ese linaje fue el recurso al imaginario cultural para la expresión indirecta del yo, más allá de los mensajes doctrinales, las confesiones neorrománticas y las referencias a lo cotidiano y lo contemporáneo.
En 1975 Carnero presentó en la Universidad de Barcelona su memoria de Licenciatura sobre el grupo Cántico, dirigida por José Manuel Blecua. Al año siguiente se publicó como antología precedida de un amplio estudio preliminar, y el libro fue decisivo en la recuperación del grupo Cántico y también su primera historia, interpretación y antología. El joven «novísimo» reivindicaba con él la poética de Cántico como magisterio y enlace con la tradición inmediata, especialmente la Generación del 27.
El libro de 1976 tuvo una segunda edición actualizada en 2009. Para conseguir que mantuviera el significado histórico de la primera, y fuera a a la vez su versión renovada y puesta al día (teniendo en cuenta la obra de los poetas de Cántico desde 1976, y añadiendo al grupo un sexto componente, Vicente Núñez), optó por ofrecer al lector ambas cosas simultáneamente, de modo que puedan distinguirse mediante sencillas convenciones tipográficas.
El grupo “Cántico” de Córdoba. Un episodio clave de la historia de la poesía española de posguerra. Madrid, Editora Nacional, 1976. 2ª ed. ampliada y actualizada, Madrid, Visor, 2009.
Guillermo Carnero dedicó su tesis doctoral a Los orígenes del Romanticismo reaccionario español: el matrimonio Böhl de Faber, que publicó la Facultad de Filología de la Universidad de Valencia en 1978. El título se refería a Juan Nicolás Böhl von Faber y Francisca de Larrea, padres de Fernán Caballero.
Al trazar la biografía de Juan Nicolás Böhl y su esposa, Carnero se detiene especialmente en su ardiente defensa de la restauración fernandina de 1814 y su hostilidad al liberalismo, y en la personalidad de quienes los auxiliaron en el debate que introduce el Romanticismo alemán en España: José Vargas Ponce, Juan Bautista Cavaleri Pazos y Cristóbal Zulueta. Estudia asimismo la obra literaria de Dª Francisca de Larrea, y cómo ambos esposos forjan una ideología ultraconservadora fundada en el patrioterismo y la religión como base del supuesto conservadurismo constitutivo del pueblo español, cuyas raíces culturales se hacen remontar al Siglo de Oro imperial, al catolicismo y a la monarquía absoluta, al mismo tiempo que se propone como su pretendido breviario el teatro calderoniano, supuesto vademécum de las tradicionales virtudes españolas. Consecuentemente presentan el credo teatral neoclásico como un intento antipatriótico de desacreditar la ideología del teatro español, y el sofisma se reviste de política: censurar el teatro de Calderón deviene traición frente al invasor de 1808, y ese teatro un arma contra los ilustrados de tiempos de Carlos III y los liberales de 1812 y 1820. En resumen, el afrancesamiento en política (colaboracionismo con Napoleón y José I), el afrancesamiento en costumbres y modas y en literatura (Neoclasicismo) proceden del mismo tronco, de tal modo que el Neoclasicismo es un delito político. Al mismo tiempo, esta investigación revela la coincidencia de la ideología de los Böhl con la corriente de pensamiento reaccionario de la época.
La completará la publicación en 2022, por la Sociedad de Estudios del Siglo XVIII, del extenso volumen titulado: ROMANTICISMO Y NACIONALISMO EN ESPAÑA: EL DEBATE INICIAL (1805-1820). DOCUMENTOS.
Los orígenes del Romanticismo reaccionario español: el matrimonio Böhl de Faber. Valencia, Facultad de Filología, 1978.
Este breve volumen contiene las conferencias pronunciadas por Guillermo Carnero en la Fundación Juan March en el mismo año de su publicación, en las que se presentaba una visión novedosa del siglo XVIII desde múltiples puntos de vista: la dialéctica que lo configura entre razón normativa y emoción y sensibilidad; su énfasis en el didactismo inherente a la literatura, especialmente el teatro, principio del que derivan los puntos básicos de la doctrina neoclásica: la Imitación de la naturaleza, el Decoro, la Verosimilitud y las Unidades, la diferencia entre tragedia y comedia, el concepto de gusto; la distinción entre Belleza y Sublimidad, con análisis de las ideas a este respecto de David Hume, Edmund Burke y Kant.
Carnero señalaba también, a la luz de los ensayos de Denis Diderot y Sébastien Mercier, la necesidad que sintió el XVIII de un género intermedio entre tragedia y comedia, lo que se llamó “comedia sentimental”, “tragedia doméstica” y “género serio”, para continuar con la historia y el análisis de esta innovadora opción dramática en la práctica de Jovellanos, Luciano Francisco Comella, Gaspar Zavala y Zamora y otros, sin perder de vista sus precedentes y análogos ingleses y franceses, y su adaptación del dogma del didactismo teatral y la índole de su específico efecto moralizante.
Asimismo se estudian aquí las orientaciones de la poesía dieciochesca, especialmente la rococó y la ilustrada, la visión de la naturaleza, y los temas de las ruinas, los sepulcros y la noche; la diferencia entre “jardín francés” e “inglés”, basada en la obra de Jacques Delille y otros teóricos de la estética del jardín; el recurso al medievalismo, la novela de terror y las variedades de utilización de lo sobrenatural de acuerdo con la evolución de la credibilidad esperable en el lector a medida que se fue produciendo la transición entre los siglos XVIII y XIX, junto a la unión de lo terrorífico, lo erótico y lo anticlerical.
La cara oscura del Siglo de las Luces. Madrid, Cátedra & Fundación Juan March, 1983.
Las armas abisinias es el título del volumen que apareció en 1989, recordando el abandono de la poesía por Rimbaud para dedicarse a sus legendarias actividades empresariales en Abisinia. Utilizado por analogía y con un toque de humor, al reunir una colección de ensayos de naturaleza académica alude a la postergación de la creatividad poética ante la investigación y la erudición exigibles en la actividad profesoral a que Guillermo Carnero estaba dedicando en los años que median entre El azar objetivo (1975) y Divisibilidad indefinida (1990). En efecto, en ese lapso temporal se escribió la mayoría de los estudios que reúne este volumen.
Consta de diecinueve artículos que presentan un amplio panorama de la cultura y la literatura españolas en el siglo XX y algunas de sus cuestiones básicas. Desfilan por sus páginas Unamuno, Salvador Rueda, José Juan Tablada, Salvador Dalí, el Futurismo y el Surrealismo, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Miguel Hernández, el compromiso poético antes y después de la guerra civil, y en sus dos capítulos sobre novela, Juan García Hortelano y Luis Goytisolo. Carnero transita por el que va a ser uno de sus territorios predilectos en la investigación: el Modernismo, la Vanguardia llamada “histórica” (la que desde el fin de siglo alcanza hasta 1939) y el contenido doctrinal de sus numerosos manifiestos, la Generación del 27, la tensión, distintiva del siglo XX, entre compromiso existencial y político y práctica del esteticismo y el arte autónomo.
Las armas abisinias. Ensayos sobre literatura y arte del siglo XX. Barcelona, Anthropos, 1989.
Estudios sobre teatro español del siglo XVIII se ocupa en sus once capítulos, entre otros asuntos, de la dogmática teatral del Neoclasicismo como sistema orgánico centrado en un propósito didáctico que supuestamente exige la identificación del espectador con los personajes y situaciones puestos en escena, antítesis de lo que luego se va a llamar “distanciamiento”; las intenciones, los principios, los conocimientos y las lagunas de Ignacio de Luzán al componer sus Memorias literarias de París (1751); la adaptación a las normas de la tragedia neoclásica en Doña María Pacheco de Ignacio García Malo, y su consideración conservadora de la revolución de las Comunidades de Castilla en tiempos de Carlos V, frente a la visión liberal del mismo tema, unos años más tarde, en manos de Martínez de la Rosa. Cuatro capítulos están dedicados al teatro de Gaspar Zavala y Zamora, donde se exponen y explican las características de la literatura llamada “gótica” y la evolución en el uso del término; los recursos escenográficos de lo que pretendía en la época ser un espectáculo de masas, y los temas políticos contemporáneos utilizados como materia teatral.
Son especialmente relevantes dos capítulos de este libro. El primero de ellos, “Los dogmas neoclásicos en el ámbito teatral” estudia el sistema de preceptos del Neoclasicismo desde el punto de vista de su coherencia y su fundamento en la psicología del espectador. El segundo, “Comedia seria / comedia sentimental / tragedia doméstica”, diferencia esas tres denominaciones, frecuentemente utilizadas como sinónimas, definiéndolas como pertenecientes a tres subgéneros dramáticos distintos nacidos de la evolución de la preceptiva neoclásica en su superación de la distinción entre tragedia y comedia y en su adaptación a la reclamación por la burguesía, clase vigorosamente emergente, de un teatro que la considerara materia dramática en sus asuntos y personajes, lejos del didactismo de tradición aristotélica basado en la comicidad. Completan la panoplia de obras estudiadas en este volumen La Inquisición de Francisco Cabello y Mesa y La novicia de José María Carnerero.
Estudios sobre teatro español del siglo XVIII. Zaragoza, Prensas de la Universidad de Zaragoza, 1997.
La pasión fría de Luis Rosales (2005), en edición conjunta con Abril y Segundo Abril, apareció en las cuidadas ediciones de la Imprenta Artesanal del Ayuntamiento de Madrid, en dos volúmenes pulcramente impresos en papel de gran calidad y presentados en un estuche forrado en tela; en tapa dura y con serigrafías de Joan Hernández Pijuán el que contiene los dos libros poéticos de Rosales.
El estudio de Carnero sitúa a Rosales en la llamada “Generación del 36”, y discute y matiza el contenido de ese rótulo y su función en la periodización de la literatura española del siglo XX, para concluir que en esencia consiste en la “rehumanización”, iniciada antes de la guerra civil en unión de la Generación del 27, y que esa rehumanización incluye tanto la llamada “impureza” y el compromiso político como el intimismo alejado de la experimentación vanguardista.
Carnero estudia el pedigree del primer Abril (1935) de Luis Rosales y su trayectoria espiritual, que sintetiza en tres episodios: un primer deslumbramiento ante el mundo y el amor, la frustración de la integración en uno y otro, y el tránsito a la religiosidad ascética. Se detiene en la compleja evolución textual que, más allá de la existencia de variantes, califica de “proceso de constante reescritura”; estudia la obra comprometida de Rosales durante la guerra civil – que considera una elegía totalmente alejada de la violencia, el denuestro y la imprecación propias de tanta literatura militante de la época –, y finalmente analiza el Segundo Abril (que se publicó en 1972, si bien se escribió más de 30 años antes) como una radical reescritura del de 1935, en la línea conducente a Rimas y La casa encendida.
La pasión fría de Luis Rosales. Madrid, Ayuntamiento, 2005.
Este volumen agrupa 10 capítulos y 9 notas breves. Lleva en cubierta la reproducción de una obra de Frederic Leighton, uno de los pintores favoritos de Guillermo Carnero: se trata de Flaming June, una figura femenina reclinada el color de cuyo vestido, “amarillo indio anaranjado”, figura entre los enumerados en el fragmento que abre esta web.
Lo encabezan 3 capítulos sobre Salvador Dalí, figura clave de la actividad del movimiento surrealista, y uno de sus principales pintores. En el primero de ellos se estudia la creación por Dalí de “una caricatura de sí mismo, basada en una personalidad auténticamente conflictiva”, tendencia que se concretó en la expresión icónica de ingredientes traumáticos magnificados y exhibidos como el resultado de pulsiones creativas irresistibles, como síntoma de genialidad y como construcción de un mito personal. Ese mito se explora en la obra pictórica y literaria de Dalí, y se rastrean sus fuentes en la de Freud y Wilhelm Jensen. Se analizan asimismo las actitudes de Dalí en el seno de la politización y consiguiente escisión del Surrealismo entre 1926 y 1930-1935, la evolución de su relación con Federico García Lorca y Luis Buñuel y las circunstancias que llevaron a su expulsión final del movimiento surrealista. El capítulo segundo se ocupa de la aportación de Dalí a la doctrina surrealista, con rastreo de los orígenes dadaístas, concepto teórico, clasificación y construcción de objetos surrealistas, el Método paranoico-critico, la teoría de la llamada Irracionalidad concreta, y su relación con el pensamiento de Jacques Lacan. El capítulo tercero estudia el “diálogo imposible”, como Carnero lo llama, entre Un perro andaluz de Dalí y Buñuel y el guión cinematográfico escrito por Federico García Lorca con el título de Viaje a la Luna.
Los restantes capítulos del volumen se ocupan de otras corrientes y manifestaciones de la Vanguardia: el primitivismo, la abstracción, el Futurismo, la conversión en mito de la moderna ciudad industrial y tecnificada, los primeros balbuceos del Surrealismo como resultado de la descomposición y la escisión del Dadaísmo, la obra de José Moreno Villa y Frida Kahlo. Las “notas”, llamadas así por su brevedad, completan el volumen centrándose en Man Ray, Giácomo Balla o Manuel Ángelez Ortiz.
Salvador Dalí y otros estudios sobre arte y vanguardia. Valencia, Institució Alfons el Magnànim, 2007.
En 2008 publicó el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua este pulcro folleto de 36 páginas, que Guillermo Carnero escribió desde el recuerdo de su época de formación en Barcelona.
Comienza recordando cómo la personalidad incisiva de Jaime Gil, consistente, en sus propias palabras, en el deseo de “divertirme y divertir a los demás”, era una forma de esgrima, boxeo, footing intelectual y toreo de salón destinada a poner a prueba la rapidez mental y el sentido del humor de quienes no siempre se sentían cómodos participando en aquel juego, como – es el caso más destacable – Juan Ferraté. Jaime Gil fue un maestro de la conversación, dice Carnero, que podía ser gélido y despectivo con los estúpidos y los impertinentes, aunque su mejor registro era la exhibición, que pretendía compartida, de ingenio, inteligencia y sabiduría literaria.
Sigue Carnero señalando la heterogeneidad del concepto de “Generación del 50”, la poca predisposición de Jaime Gil a considerarse integrado en ella más allá de la llamada “escuela de Barcelona”; su background literario (Catulo, los barrocos y metafísicos del siglo XVII, Baudelaire – a quien consideraba su maestro –, Auden, Eliot, Manuel Machado), y su falta de afinidad con Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Mallarmé, Pound y Octavio Paz. En cuanto a su poética, Carnero expone su concepto de poesía amorosa, sus reservas acerca de la interpretación simplista de su atención a lo cotidiano, su constante poda de la obra propia en aras de la perfección, su cultivo del verso libre dotándolo de las disonancias enriquecedoras que concede la falta del monótono isosilabismo; señala que el gran tema de su peculiar poesía “social” era la dificultad de asumir la ideología cuando se carece, por razones de clase, de instinto proletario, su voluntad de superar las limitaciones de la expresión directa y primaria de lo humano elemental, y su aproximación a la canción de los años sesenta. Termina Carnero recordando la lectura por Jaime Gil de su primer libro aún inédito, Dibujo de la muerte, y los consejos que de él recibió, nunca tendentes a censurar una poética que resultaba cercana al mejor Cernuda y a la poesía inglesa del siglo XIX que había estudiado Robert Langbaum.
Como en sí mismo al fin (sobre Jaime Gil de Biedma). [Burgos], Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, 20
Las investigaciones de Guillermo Carnero son un referente en el dieciochismo español. Ediciones Universidad de Salamanca ha querido recoger en este volumen una decena de sus estudios, en su mayoría dedicados a la narrativa española dieciochesca, que han permitido recuperar autores y obras semidesconocidos y olvidados, con la esperanza de verlos incluidos en el canon de la literatura española de la época. Esta recopilación agavilla trabajos dispersos en publicaciones agotadas o poco accesibles: revistas, volúmenes colectivos, estudios preliminares a ediciones de textos. Debe destacarse la amplitud y el rigor de la investigación que ofrece, basada en fondos de 82 bibliotecas y archivos de España, Estados Unidos, Italia, Reino Unido y América del Sur, incluyendo alguna biblioteca privada.
Guillermo Carnero ha declarado en la presentación que su propósito ha sido rebatir el tópico de la ausencia de novela y narrativa en la España del siglo XVIII. En efecto, ocho capítulos versan sobre ese tema.
El primero presenta un informe sobre los recientes avances en la catalogación y recuperación de la novela dieciochesca; pasa revista a las ediciones de textos clásicos (Isla, Torres Villarroel), las de autores y obras sacados del olvido, las traducciones de novela, principalmente francesa, y los estudios de interpretación sobre autores conocidos o recuperados. Los siguientes capítulos se van sucesivamente ocupando de la influencia de la narrativa francesa en la España del XVIII, de la novela sentimental o “sensible”, las misceláneas (orientadas tanto al lector individual como al destinatario colectivo en reuniones y tertulias) y los autores concretos recuperados por Guillermo Carnero a partir de 1985: Vicente Martínez Colomer, Gaspar Zavala y Zamora, Ignacio García Malo y Pedro Montengón. Completan el volumen sendos estudios dedicados, fuera del ámbito de la narrativa, a Jovellanos y Meléndez Valdés.
Estudios sobre narrativa y otros temas dieciochescos. Universidades de Salamanca y Zaragoza, 2009.
Bellamente editado por la Universidad de Salamanca, La caza de amor o el amor sin caza en el huerto o la huerta de Melibea es el resultado de muchos años de dedicación de Guillermo Carnero a la literatura medieval española. Está dedicado a refutar el artículo de Martín de Riquer “Fernando de Rojas y el primer acto de La Celestina” (Revista de Filología Española de 1957), y el que Patrizia Botta publicó en 2001 ofreciendo una solución alternativa a la de Riquer.
Riquer creía que la primera escena de La Celestina ocurre en una iglesia, y que Rojas la situó erróneamente en el huerto de Melibea e hizo que el encuentro de los jóvenes se debiera a la búsqueda del halcón de Calisto, porque no se dio cuenta de la rápida mutación de escenas de la obra y fue confundido por las palabras de Sempronio y Pármeno. Patrizia Botta, por su parte, sugirió que los encuentros entre Calisto y Melibea se dan en dos lugares diferentes: el primero en una huerta, los siguientes en un huerto, siendo a su modo de ver la primera un lugar campestre, y el segundo urbano. En tal caso, es coherente que Calisto entrase casualmente en una huerta no cercada, propiedad de la familia de Melibea, a recuperar un halcón perdido.
Guillermo Carnero demuestra que “huerta” y “huerto” se utilizaban como sinónimos, utilizando una abrumadora cantidad de textos contemporáneos como la Crónica sarracina de Pedro del Corral y varias novelas de caballerías, entre ellas Amadís y Tirant lo Blanch. En su opinión, lo que Riquer cree que no pudo ocurrir es lo que efectivamente ocurrió: Calisto entró pública y pacíficamente en casa de Melibea. La clave de esta explicación es que un halcón podía llevarse para cazar en el campo, pero también en contexto urbano e incluso en el interior de una vivienda, como animal de compañía que connotaba posición social, distinción y riqueza. Esa presencia del halcón fuera del contexto de la caza se documenta en la pintura, la iluminación de manuscritos, la escultura y la tapicería de los siglos XV y XVI: entre los ejemplos que Carnero cita, La tienda del orfebre de Petrus Christus y El retorno de Ulises de Bernardo Pinturicchio. Como conclusión, Carnero propone para el encuentro entre Calisto y Melibea una situación similar a la de la novela Flores y Blancaflor.
La caza de amor o el amor sin caza, en el hverto o la hverta de Melibea. Salamanca, Universidad, SEMYR (colección Hojas Secas nº 6), 2017.
Este libro consta de siete ensayos: dos dedicados a Jorge Guillén, tres a Miguel Hernández, y uno a Juan Gil-Albert y Pablo García Baena.
Llama Carnero “trampa sevillana” a la que hubo de afrontar Guillén cuando en Sevilla triunfó el Alzamiento de julio de 1936, y consiguió evitar la cárcel y acaso la muerte al haber pronunciado en el paraninfo de la Universidad el discurso del llamado “Día de la raza” (12 de octubre) ante el general Queipo de Llano y el jalifa de las tropas moras llegadas de África. Carnero describe y analiza el expediente que se le incoó como simpatizante de la España republicana, la sanción que se le impuso y la libertad vigilada en que vivió hasta escapar a Estados Unidos en 1938. En aquel peligro pudo contar con la protección de algunos jóvenes falangistas, el principal de los cuales fue el poeta Manuel Diez Crespo, cuya correspondencia con Guillén también se publica en este volumen como capítulo segundo.
En cuanto a Hernández, Carnero estudia su imagen y la recepción de su obra primera, la elaboración de su figura de “pastor poeta” y el juicio desigual que merecieron Perito en lunas y su poética del enigma, síntesis de Purismo y Neogongorismo. En la época de indefinición ideológica y de ideología conservadora y católica que Miguel asumió hasta encontrar su voz propia a partir de 1935, destaca y analiza Guillermo Carnero la octava XXX (“Retrete”) de Perito en lunas, relacionada con la iconología de la Inmaculada de modo paródico, irreverente y blasfemo, que no percibieron sus contemporáneos debido a la voluntaria oscuridad del libro.
El capítulo sobre Gil-Albert estudia la presencia en su obra del mito arcádico, su actividad en el segundo Congreso en defensa de la Cultura (Valencia, 1937), y su rechazo del compromiso doctrinal y de agitación y propaganda, según la “Ponencia colectiva” que firmó junto a Ramón Gaya, Miguel Hernández, Emilio Prados y Arturo Serrano Plaja. El capítulo sobre García Baena reproduce el estudio preliminar de Un navío cargado de palomas y especias, en cuyo primer epígrafe, “Un asunto de familia”, Carnero sitúa en el grupo Cántico la gestación de la poética de su generación.
Palabras en su vuelo (De Jorge Guillén a Pablo García Baena), ed. Juan José Lanz. Valladolid, Ediciones Universidad de Valladolid, 2020. Colección Renglón Seguido nº 15.